Renuncio a mi renuncia

Ya amanece, la cámara de gas ya cerró por saturación. La guerra de plastilina y chicha morada ya acabó, es hora de la verdadera acción porque soy yerba mala que nunca muere, y sé que nunca seré bueno pero sí puedo ser menos malo que es casi lo mismo. Las lágrimas de plástico ya no me sirven más bien hay que medir la cantidad de sangre que se derrama, solo la necesaria por favor. No nos sobran los insumos, entiéndelo por favor pues no pretendo terminar dándole de comer migas a las palomas sin yo tener un pan que morder.

EL tiempo es corto, estíralo a tu favor, nada es gratis nada es tan caro… se paga el precio con trabajo y amor, se pueden cargar muchos pesos pero es más pesado no llevar nada en los hombros.

Ya ya ya ya… el Diablo al infierno y Dios a su cielo. Aquí estoy yo.

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