Método fácil y práctico para no terminar ebrio en un escenario novelesco y ganar con todas las de perder.

Digamos que estas con mucha desventaja, que el caballo al que le apostaste ya se está fumando un cigarrillo de la resignación. Pero no apostador, no! Tú aun puedes correr, pero ojo que no tienes ni que bajarte a la pista a correr el tramo que falta. Claro, digamos que falta un huevo. Nadie habla de quedarse quedito a tomarle fotos a tu contrincante pues. Pues la cosa es sencilla: Cuando estás en pleno juego y por más que los hinchas estén con cara de mierda y ya no hay jugadas que hacer la mejor jugada es:”No jugar”. Yo no cambio mi mentalidad, la vida es jugar, “No jugar” no es quedarse mirando las palomas o las moscas, o las nodrizas, “No jugar” es… es algo sublime, es jugar sin jugar… es que… es tan sencillo, tan práctico, tan barato y a la vez tan caro. No es cosa de sacar bandera blanca… sino la bandera de colores, gritar como un rechuchatuvida: Gané!
Por eso:
1. No importa que hayas hecho antes para ganar, todo empieza ahora mismo.

2. Agudiza tus sentidos, olvida un poco lo feeling, primero your brain.

3. Haz lo mejor que sabes hacer, y esto lo digo de manera textual: Si te gusta hacer origami, hazlo… no hablo de que si te gusta la coprofagia la practiques. No voy al extremo (aunque yo sea un poco extremista).

4. No jugar. Este paso es el fundamental, y solo se consigue si o si siguiendo el paso anterior, o sea jugando lo que te gusta jugar, y no jugando lo que te puede cagar y así vas por el camino de ganar con todas las de perder. El camino de ganar donde se supone deberías perder.

5. Celebra en silencio. Que nadie se entere por tu boca que has ganado.

6. Mantén alerta los sentidos, que siempre, siempre se sigue jugando.

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