13/12/08 | By: Sr Brutal

Porque existe la vida eterna

Dímelo en la cara, escúpeme el cadáver. Enciende tu lanzallamas y empápame de tu odio. Estoy en la era de la mierda, el seño fruncido y las flores de siempre. Soy el capitán de mi barco, el marinero borracho de mi inocencia… Si vas a intentar matarme afila bien tus palabras porque yo no muero así nomas como elefante de mil años.

Es verdad, la cagué. Cagué varias cosas mías, nuestras, de aquellos… en fin, metí la pata. Y como siempre me senté (estaba parado) frente al espejo y me dije: “No loco, no!”. Lloré, me descocí a llantos y me reía, sí, como un chuchasumare que cree tener la verdad en sus manos, y yo que sé?!... Solo sé que yo tengo el control remoto de este televisor.

Me acomodé en el hombro de mi madre, pensé en mi niñez, en la escuela primaria cuando todos eran muy malos y yo era muy bueno, pensé en todos los cuerpos desnudos que vi pasar, pensé en aquellos que ganaron la batalla que yo ni siquiera quise empezar.

Yo soñé con amores viejos… con experiencias únicas, con favores y desfavores que nadie probará. Lo logré. Y puedo más.

Sí, vengan todos, todos los que tienen espada y vómito hecho a mi medida, vengan a comer de mi carne… acaben con mi cadáver! Eso sí, les va a dar una indigestión única y desde el infierno sabré que hay un paso más… uno más, siempre. Siempre hay un después, para bien o para mal.


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