Reflejo

Me miré al espejo, había una variación deforme de mí… un monstruo quizás. Pero en todo caso, en cierto modo, me gusta la alimaña que veo en mí, ese poder de convertir lo malo en bueno y lo bueno en algo peor que malo… es puro vicio lo mío. Pero aun así, como si saliera “lluvia” en el televisor… veo por momentos a Alberto, de cinco años… de doce… de veinte… y todos ellos dicen o expresan algo, algo vago y suele doler o acariciar. Pero que chucha no? Ahora es ahora… y a veces, ahora… viene el past, el past inperfect, a transformarse a mutar con el presente, y hacer un puré de actos y recuerdos… y me pasa así ahora, en estos días. El cadáver inmortal de mi, se pasea por un campo de flores, está loco, no sabe qué hacer… se hace preguntas, y por diversión no las responde, sabe… que no siente amor, sabe que no tiene rencor, que su fealdad es hermosura y que su belleza esconde terrible suciedad.

Hay algo que me hace feliz, la gente que vive a mi alrededor, la gente que alguna vez evité, o que evito aún. Gracias por decirme que no soy tan miserable como pregono, gracias.

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