
… Creo que ese era el interruptor, mis ojos se entrecerraron me ería un poco la luz, notaba las cosas casi nubladas... y me adecué a la iluminación, vi… tantas cosas que supuse que estaban ahí y otras tantas que jamás imaginé. Vi… como ciertos cadáveres ya estaban reventados de podredumbre, vi… que yo no estaba muerto sino lleno de heridas, vestigios de guerras de papel y sal. Vi… mis crímenes, y dolía… dolía mi culpa y mi inocencia.
Tomé un portarretratos sin fotografía, lo acomodé sobre la mesita de noche que alguna vez incendié con ciertas cosas oscuras y pueriles, con ciertos poemas que un día empecé a odiar… y mientras acomodaba el portarretratos… empecé a llorar.
Podía ver todo el desorden, los escombros. Hay tanto por mover… aquí… allá.
Ya había luz, si… creo que ese era el interruptor.
Tomé un portarretratos sin fotografía, lo acomodé sobre la mesita de noche que alguna vez incendié con ciertas cosas oscuras y pueriles, con ciertos poemas que un día empecé a odiar… y mientras acomodaba el portarretratos… empecé a llorar.
Podía ver todo el desorden, los escombros. Hay tanto por mover… aquí… allá.
Ya había luz, si… creo que ese era el interruptor.
2 cartuchos quemados:
Velo, pues!! Me dices NO SIGAS LA LUZ, y lo primero que haces! Ay, Alberto! Cuándo no!
Pero si yo no la seguí... yo la prendí!
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