Es este disco (en realidad estos dos discos) uno de los ingredientes que abrió mi tercer ojo. Es este disco el que le dio la mitad de su nombre a este blog. Fue esa época de furia y de miedo. Gracias por el regalo, de verdad, no sabría que hacer sin las malas intenciones de este mundo generoso. Como una serpiente voy dejando mi antigua piel y traigo una peor, una más dura y más sensible… y sensible no es más débil, sensible es mas perceptivo, mas alerta… más vivo, más pendejo dirían en mi cuadra y en la tuya, en mi micro y en tu bodega. Porque todo es brutal, porque todo es un exceso… el justo exceso para notar que estamos vivos, ni más ni menos. Y si es más, será más… soy honesto. Esta es mi honestidad.

Nadie miente sin la previa alerta de la verdad, y aunque le digamos mentiras al mundo entero ya nos dijimos la verdad en el privado silencio de la soledad. Nadie Miente.

More Queen Less Poetry.

No hice poesía, me oriné en los pantalones, eso si en aquel 89 en el jardín de niños 210, para ser más exacto en el aula amarilla. Número pedo y aula pedo. ¿Por qué nos meten la mariconada desde chiquitos? Creo que un tiempo me gustaron los niños, pero mis hormonas masculinas prevalecieron hasta hoy y por ello se me van los ojos con las faldas cortas acompañadas de caderas anchas. No hice jamás poesía, fue solo un engaño para que, Deysi, ese culito rico con patas se enamore de mí, fue la primera que escuchó una declaración de amor desde mi boca, fue la primera que me dijo que no. Nunca hice poesía, por que con esa (esta) ortografía no se puede, no va, es como ponerte un corset y zapatillas para jugar fútbol, a menos que seas un dragqueen… pero yo algún día quiero ser dragqueen, quiero hacer puenting vestido de dragqueen, quiero mentar la madre a diestra y siniestra vestido de dragqueen, y si Deysi culito rico con patas se enamora de mí por solo ser un putito chistoso solo le diría: Nunca fui poeta, te puedes ir.

Escóndete conmigo

Puede ser que no hagamos el amor en un armario bajo las escaleras de la casa de “alguien” o “nadie”. Pero podemos ir a un hostal barato y meternos desnudos bajo la cama de la habitación 204. Puede ser que de fondo, desde tu reproductor, escuchemos The Universal. Puede ser que abras los ojos y yo cierre la boca, o tú abras las piernas y yo cierre mi mente. ¿Escuchas esos truenos? ¿O es tu vientre en contra de mi vientre en medio de una agresión muda?

Puede ser que yo imagine ser un superhéroe y tú mi secreto, y por si cambiamos los papeles súbete la falda my Delicius Woman para yo ser tu eternal secret y que un club bohemio de violines nos lleve al infierno…y dormir.

Sueña conmigo, habla dormida, canta canciones tontas (las mismas que te dediqué todo este tiempo), mírame sin decir alguna palabra, llévame…

Quise ser sentimental en algún párrafo pero no pude, no me dejaste.

Paso a la sombra - II

¿Y por qué tendría que ser la oscuridad un símbolo de lo malo? ¿Acaso no es en ese espacio donde urgimos por la seguridad de nuestro ser? ¿No se encienden nuestros sentidos más nobles y rogamos por un poco de luz? Es el mal un bien necesario entonces.

Paso a la sombra - I

Fue un día que yo no podía ver el rostro de mi padre. Habían pasado pocos años desde su ida, pocos a comparación de los que han pasado ya. Y recuerdo claramente con una dulce voz de interés me dijo –Colorao, lee un cuento, Los crímenes de la calle Morgue, léelo, es de un hijoe’puta llamado Allan Poe, léelo, te va a gustar.- No sé cuando le tomé la palabra y leí el cuento, recuerdo que me llenó, rebalsó mi cráneo y fui feliz.