Aquellos mundos oxidados

Hace más de tres lunas tu belleza me horrorizaba, me partía el alma y me la reinventaba como si no hubiera ocurrido nada. Hace más de tres lunas tu silencio me arrancaba el corazón, lo elevaba en el aire y lo comprimía hasta explotarlo.
¿Por qué te extraña que hoy me sonría cuando huelo tus errores como si fueran flores? ¿Acaso no dije que descendí a los infiernos y bailé con el diablo una balada al son de un laúd? Todo ha retumbado y los ecos me alcanzaron, y vibré… vibré!

Mírame, hoy estoy muerto y mis suspiros en tu nombre son profundos, se insertan en la tierra y la remueve, entonces ya no soy de ese mundo que alguna vez anduvimos desnudos, sino de este mundo de colores y alambres donde volamos acorazados. ¿Cuándo habrá libertad para empuñar nuestras espadas y batirnos en el aire gris?

Yo no sembré en tus campos.

Yo anduve por tus pueblos.

Yo corrí por tus calles.

Yo no puedo morir dos veces en el mismo aire.







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Otra referencia

Cansado, con ciertas ideas masturbadoras, Miguel se acuesta en su cama y piensa en Sofía, piensa que ella es una cagada por ser tan muda. Pero Miguel sabe que él mismo es una bolsa de mojón porque, ayer mismito después de despuntar a Sofía llamó a Carolina para invitarla al cine, que invitar, para que ella invite y sin querer queriendo ir a un Hostal. Miguel, sin levantar su cabeza de la almohada mira la ventana, hacia afuera, la copa del los árboles que rondan su casa. Este hijo de su madre no sabe que dentro de 5 años Sofía tendrá una bebé, suya para colmo… o sea de él, entiendes? Que se casará con él, que le será fiel, que… la mierda, todo por él, pero Miguel no lo sabe. Sí, Sofía es una cagada por ser tan muda. ¿Te había dicho que Miguel es una bolsa de mojón?



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Referencia

El pan seco sobre la mesa combinaba con el color ocre del mantel, y a la vez desencajaba con el rubor de Francisca, Francisca estaba de colores, además del rojo de la sangre sobre su mandil de cocina. Francisca estaba quietecita en la silla principal con la mirada fija en su plato de sopa, sopa fría además… fría como ese fluido seco que había emanado hace un instante del cuello de papá, porque papá era un hijo de puta, porque papá hacía daño desde que tiene uso de razón, porque mamá murió por él, toda golpeada, y por él, el esperado Ángel nunca vio la luz del mundo. Ahora que lo piensa Francisca, que bueno que fue así, porque la luz de su mundo era gris y espesa. Como la sopa sobre la mesa.

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Ese otro capítulo bonito

La guerra sigue en pié, las balas corren de un lado a otro, los cadáveres bailan si o si. Hoy, como pocos hoy llegué tarde al trabajo, pero decidí tomarlo a la ligera, igual con un sentido de urgencia, pero a la ligera, al final trabajé más horas de las que me correspondía y me dio cierta satisfacción humana, mi parte animal estaba dormida, y para inflar un poco ese globo que hay dentro de mí ayudé a alguien moralmente (y eso que mi moral es un zafarrancho). Al final del día laboral, solo quería salir del trabajo, irme, ya había cumplido con un poco más de lo que me correspondía, era suficiente por hoy.

Hice una llamada prohibida a una persona prohibida (y exagero con el adjetivo, es más el prohibido debería ser yo), quedamos en ir al cine, como otras tantas veces fuimos al cine y terminábamos en otras circunstancias de largos puntos suspensivos. Hoy, tal vez no fue un punto final pero si un punto a parte, fuimos a ver una película de terror… y luego… luego fuimos a su casa, nos despedimos. Sentí que esta vez no respiraba un humo asfixiante, sino… aire, solo aire. No me he sentido superado, pero tampoco un tarado… solo ha sido lo que debió ser en circunstancias aparentemente críticas como esta. Me comí un sándwich de pollo, viajé en el micro… ya era de noche, nueve de la noche, no regresaba a casa desde las ocho de la mañana, mi estómago era otra vez un festín de comida chatarra, te contaba que viajaba en el micro… había una mujer alta, más alta que cualquier mujer u hombre en el micro… era hombre, era gay, le miré… y cuando me miró le sonreí, luego olvidé que existía y cuando llegué a mi paradero bajé, Bajé de todo lo que viví hoy… pero me queda el recuerdo de la placa de este día. Y llegué a casa buscando el nombre de alguien en mi monitor, no estaba, solo vestigios de mensajes pasados… pero no estoy triste, me hago tripas corazón, tomo aire… mucho aire y lo boto (o lo escupo, como para no perder la costumbre) y sonrío… y hablo con la gente que me hace sentir que en esta película de guerra, aunque existen balas y cadáveres bailantes, hay escenas que aunque no felices a mi me hacen feliz.

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Por que yo tambien soy una Alicia en el pais de las porquerias

Que le corten la cabeza, que le corten! Que le corten la cabeza a este jijuna!
Todos los televidentes me dieron su veredicto, de esta su telenovela: Engáñate y estarás Jodido, que se trasmite por su canal favorita: Real Business. Pero como que no me doy el valor de arrancarme esta garrapata del cuero cabelludo, de este clavo que no sale con otro clavo, por eso: Que me corten la cabeza!

Debería cambiar de sistema operativo, pero con lo que cuesta adaptarse, al final lo haces, y te acuerdas lejanamente lo difícil que fue, que al final no es tan difícil, y pasa el tiempo. Pero el conejo te dice que es tarde para el té, y voy por el té, ese sistema operativo que antes utilizaba, y voy… voy… y recuerdo esa vieja interacción hombre-computador, y vuelvo a alucinar, y doy click una vez, dos veces, mil veces… mi dedo sangra.

Grados Fahrenheit

Se queman mis ojos, se inyectan de sangre cansada. Diecisiete horas bajo la sombra (y el yugo) de la soledad formal. En algunos noctámbulos paréntesis mis ojos se cerraban, mi mente se cerraba y recuerdos informes se venían a mi mente, recuerdos de cosas que jamás me han pasado, no hay por qué recordarlas, no las recuerdo.

Nada es trascendente en este instante. Mis manos adormecidas, mi cabello lavado por el aliento de la noche fenecida. Hubo un frío congelante, pensar en él es llamarlo de nuevo a la dermis de mis pies. Petrificante.

En conclusión, de esta síntesis de vagancia mental, estoy cansado, y pegarme el formato de soledad formal, y silencio formal y cojudes formal a veces es un pantalón que me queda flojo y se me cae. Un payaso sin chiste, te das cuenta, Brutal? Por eso cuando la rutina llama a tu puerta, así como hoy, es mejor morir intentado estar vivo. Captas?



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