
Dividí mi cuerpo en partes.
Tomaron trozos de mí para llevarlos directamente a sus bocas.
Empecé mi viaje por sus labios carmesí, por sus dientes de perla y sus lenguas pulposas y anduve por el infinito de sus esófagos.
Cuando me anidé en sus entrañas las infesté de mí.
Dolí.
Me dolió.
Me vomitaron como si se tratase de un orgasmo y me derramaron hasta llegar a sus bustos, sondeé sus pezones y estos fallecieron.
Sus senos se secaron, sus vientres se contrajeron.
Sus bocas se ampollaron.
Me mentaron.
Fui Eterno.
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2 cartuchos quemados:
¿En cuántas partes dividiste tu cuerpo, dices?
En muuuuuuuuuuuchas, muuuuuuchas.
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