Soy el maquinista. Voy a altas velocidades pero igual lento
voy. Te llevo a donde quieras y nunca sé a dónde voy. Estoy roto, no soy el
maquinista, yo soy el maquinista, todos somos el maquinista. Lo sé, loco no
estoy.
Mira mis pulcras manos ¿Crees que voy a dañármelas por ti?
Yo manejo la máquina y nunca tomo el timón. Si dejas que te lleve ten por
seguro que no soy responsable de tu destino, soy el maquinista, no soy el
maquinista. No sé, loco estoy.
Querido, querida. Escucha todas las canciones, son una
locura, son un amor. No tengo la mínima intención de llevarte por buen camino,
no hay camino, el camino se hace al matar. Escucha todas las canciones, las
guitarras serruchando tu carne, batiendo en el viento el olor de la sangre
oxidada. Yo soy tu lastre y tu dios. Yo soy.
Un martillo, dos martillos, mil martillos y dos mil
martillos martillando el clavo en tu corazón. No seas cobarde, canta. Haz el
amor. Mira cómo se abren las bocas, dos bocas, mil bocas y dos mil manos. Manos
saliendo de las mismas bocas. Es la desesperación. Es como un niño en una
mecedora esperando el ocaso.
Todos te dan las gracias después de romper tu mandíbula. Todos
te escupen cuando te abrazan. Todos somos el maquinista. El tren es el
maquinista. Tú eres el tren, yo soy el riel. Tú eres el riel, yo soy la explosión.
Mira los cuerpos, mira los ombligos y los tímpanos. No hay
más, las altas velocidades desintegran el ser y solo queda la sensación.