2/2/09 | By: Sr Brutal

Sin amArillo

Tus defectos son ajenos a mí, me queda una suerte de soliloquio, un monólogo monótono, un aullido. No, no es amor ni cariño, es solo vicio; te consumí a grandes rasgos hasta consumirme en pequeñas cuotas de besos y promesas: Puro cuento, era yo el narrador, quizás tú ni oías. Yo ya estaba menguado con ese tu silencio tan grande, hinchado de mis plegarias, mis ruegos, mi sonrisa esperanzada. Entonces transitaste nada más? Si, igual que yo. Porque hasta donde yo sé, yo jugué sucio, hice trampa, inventé telenovelas lloronas y las trasmití por tu canal… y es que, si tú me aceptaste el contrato se trataba de irnos a la mierda juntos, pero eso no es tan justo ni tan necesario, lo normal es estudiar una carrera, ser profesional, conocer a alguien y tener hijos, comprar una casa para poder regresar a ella con un sol de pan, pagar los recibos, en fin.


Si hubiera sabido que jugando limpio ganaría más de lo que esperaba ganar, no me hubiera hecho el muerto a mitad de partida para que tú corras hacia mí llorando para ver que me pasó y yo te diga: no, no es nada. Te salvaste de mí. Pero no te voy a negar que me gustaría otra vez joderte la existencia pero de la mejor manera: haciéndote saber que puedo ser mejor (Aunque te cueste mil vidas creerlo).






No hay más posts aquí hasta el siete de Mr.zo. Correción... 28 de Fiebre.ro


a


No, no quiero más juegos sucios ni homicidios ni suicidios. No quiero falsas verdades ni tragicomedias infantiles. No quiero dulces amargos, comida que no se come… elefantes blancos. No quiero portar una gillete para dar besos en la boca. No quiero algoritmos redundantes ni jugar al bingo sin apostarle a ningún número. Yo no quiero hacer planes sin mapa que seguir.


No, no quiero el llanto de mi madre por no haberme visto después de un día entero, no quiero decir si cuando es no. No quiero jugar juegos que no son míos y tampoco quiero beber más de lo que puedo ni gastar más de lo que tengo, no quiero ser mal ejemplo de mis hermanos, no quiero escribir por escribir, nada de venderme ni alquilarme, no quiero que mi viejo se sienta culpable. No quiero asaltar mi reserva de actitudes contra adversidades


No voy a atreverme a decir que ya no tengo miedo y que quisiera ser valiente. Yo quiero creer (sin engañarme) que me cago de miedo y que siempre he sido valiente.


Ya es hora de hacerte de huevos, Alberto!



Un gran poder conlleva una gran responsabilidad