Noche de Rock en el Luna Park, Baires, Argentina. 23:00 horas. La muchedumbre gritaba a pulmón su nombre. El ya estaba acostumbrado. Caray, tremenda estrella que pisaba la tierra, pero aún así intocable, solo percibido por los ojos y los oídos. Ha empezado con una canción: “Last bite”.
Dos mil personas tal vez. Cuchumil.
Steven anda por la pasarela, haciendo piruetas, danza… grita, canta con ell público, una pirueta loca otra vez de esas que el disfruta. Cae.
El público pierde un poco el sentido. Algunos se asustan, otros se emocionan. Steven está en el submundo (ahí en la zona que podríamos llamarle Platinium, quizás Sr?), se ha torcido un tobillo. La gente se le acerca, lo miran divertido, el se asusta, muchos se lanzan a tocarlo. La seguridad no puede hacer mucho. Steven se asusta más. Un dolor punzante en la oreja derecha… sangre. El (la) Star trata de levantarse pero como si la presión de los alientos de sus admiradores lo presionara contra el suelo vuelve a sentir el frío piso de la noche en el Luna. Again… una presión rotunda en su pierna izquierda… El dolor le nubla los ojos. Solo capta luces entrecortadas y sombras… y risas. Confusión compartida. Locura… Alguien le arranca parte de la nariz con los dientes. Se desmalla...
00: 14 horas.
Catorce personas son arrestadas. Gritos de horror aún por los alrededores. Asombro confundido. Incredulidad expandida. Llanto.
Catorce bocas manchadas de sangre… Steven ha desaparecido parcialmente. Su cuerpo casi ya no está… es cubierto por un manto negro, no es el de la noche.
... Y que quieres de mi? El primero tiene una Pc portatil (que yo no tengo), el otro tiene un auto negro y una moto (que yo no tengo), el otro conoce Estados Unidos (y yo no) y el otro ya terminó la Universidad (y yo no)... entonces para que me buscas que yo solo tengo caspa y kilos de menos.
Cuiusvis hominis est errare, nullius nisi insipientis in errore perseverare
"Cualquiera puede errar, pero sólo el necio persevera en su falta" (Cicerón, Filípicas)
A pesar de que el límite de las circunstancias no había llegado, lo sucedido era más que imperdonable. Mi saliva en su cara era la muestra de que habíamos llegado a lo más bajo pero, ¿y qué? Si ella me dijo una carga de groserías, habíamos pasado a ser un enfermo terminal que sus extremidades simplemente ya no se manejaban acorde. Todo estaba terminado…
Los golpes fueron la escusa (pero no la razón) mayor para cortarle la yugular al enfermo. Era la mejor (o la peor) manera de acabar con su dolor y que mejor lugar sino la sala de una comisaría. Donde todos están enfermos y a la vez todos creen haber salido sanos cuando están aún más muertos.
Lloraba de cólera, las lágrimas me quemabany aún así tardaban en evaporarse. Llenar el estómago con algo de comida y hablar con una amiga de años. Dormir… nada más dormir.
Que el dormir sea más complejo que el día vivido. Estamos en la guerra. Todos matan, todos mueren.
Hay noches en las que parece que te fuera dar frio, pero este frio solo se quede a puertas de tu carne y no cala, se queda pasmado ahí afuera de tu cuerpo echándote su aliento crepitante. Así es ahora… el frio me sospecha pero no me traspasa, estoy impenetrable como ese cisne de fieltro y ceniza del que habla Neruda. Hoy, como casi siempre me llega casi todo al pincho. Scotch Mist (Radiohead)… no se cuanto me deleitaré o cuanto soportaré, la noche es larga, es un vestido sin dama que se extiende hasta la madrugada. Hoy no tengo ganas de mandar a la mierda todo porque me he dado cuenta que muchas cosas ya están en la mierda… y me han ahorrado el trabajo. Sencillamente… no más trabajo innecesario. Hay trabajo para la Universidad… exámenes parciales también, lo que ayer eran monstruos hoy son mariposas.
Son las 18:53 en el COM5, en el glorioso curso que llevo por segunda COMUNICACIÓN DE DATOS, Kenneth está jugando alphabounce y yo… yo estoy viendo blogs que siempre veo y uno por ahí que parece que desaparecerá (y donde comento: los blogs son como las novias no?).
Hoy, como todos los días que me toca salir de la U a las 21:35 me inunda un miedito pedorro, no sea que me asalten… es que es tan tarde, y yo tan corpulento como para defenderme con un solo puñete (jajajaja que deplorable). Aún así lo que más me preocupa es que tengo tareas pendientes para el curso de hipermedia y practicas 1, y por ahí una justificación de inasistencia por hacerme el chistoso este lunes que pasó (que bonito ir a Pacasmayo después de tantos años, y acompañado jojojo).
Seguro hoy no dormiré mucho que digamos (por las tareas pues) y para colmo mañana entro a trabajar a las 08:00, dicen que llegará una supervisora de Lima (Si señor, es mujer), una supervisora a la que muchos le temen, una supervisora a la que muchos gerentes le temen, una supervisora a la que muchos supervisores le temen… y yo, yo que soy un común empleado me meo parado de tan solo pensar que me estará mirando mientras me desenvuelvo en mi puesto. Ah… suspiraré nomas. Solo espero tener la voluntad de levantarme de la cama muy temprano (Ya sabes, el que madruga…).
Patch Panel a las 19:06, y solo sé que el Ingeniero ha dicho que usaremos el bendito asunto conjuntamente con la roseta que hemos comprado (dos módicos soles señor) y algo escuché con respecto al par trenzado, bueno ya me trencé los sesos. Siento como si me hubiera dopado con cuchumil caramelos de Limón.
Diablos, tengo que mandar un mensaje de texto. Hoy es día (y noche) de actos con voluntad, que chistoso soy.
Hasta ahora no conoce otro varón que se lave los genitales en el tan olvidado (pero presente) trono, la mayoría lo utiliza para poner la ropa sucia o sencillamente para nada, pero su verdadero uso (para el cual lo usa San) es pues para lavar las parte intimas, parecería que solo deberían usarlo las mujeres, pero los varones también tienen el derecho (es un derecho o una obligación se ha preguntado San mientras espumaba de jabón su velludo perineo un martes por la tarde.)
San considera que los testículos son parte crítica e importante y es por eso que dedica veinticinco minutos exactos en el trato de lavado y enjuague de esta parte de su cuerpo, y para el glande veinte.
San Duich aclara en su libro: “Mi Libro Jamás Publicado” que él no es ni pretende ser metrosexual, es más que él no usa esa palabra dentro de su vocabulario, nada tiene que ver esta palabra con esta clase de cuidado. Es cuestión de limpieza –Dice.